Comentario: Aunque el concepto nos parezca algo anticuado, lo cierto es que en Barcelona hay salas de fiestas que funcionan con éxito. Es el caso de Tango, que atrae al público madurito más marchoso. Clases de baile de salón, orquesta y espectáculo es la fórmula de su supervivencia.
Aunque la clientela resulta maja, la zona del servicio de guardarropas deja mucho que desear, cobrando caro y trato despectivo casi insultante, no la recomiendo.